Durante décadas, el tratamiento estándar para pacientes que padecen incontinencia urinaria después de una cirugía prostática se ha basado en el fortalecimiento de los músculos pélvicos a través de la fisioterapia. Hoy en día el enfoque es muy diferente. Un estudio realizado por expertos del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas y publicado en la revista International Urology and Nephrology sugiere que ese tratamiento podría no ser el más adecuado.
Está claro que tener relaciones sexuales no es obligatorio, y que, para algunas personas, la falta de deseo es algo totalmente normal. En algunos casos, la abstinencia tiene su origen en la orientación sexual. Sin embargo, otras veces surge como consecuencia de un trauma o un trastorno psicológico que hace que la persona afectada evite la intimidad para mantener a raya la ansiedad y los desequilibrios emocionales. Los psicólogos definen este fenómeno como «anorexia sexual», un trastorno que está estrechamente ligado a su contraparte: la adicción sexual o hipersexualidad.
La distancia social es solo una de las estrategias que sirven para limitar y contener la propagación del coronavirus. Consiste, básicamente, en mantener una distancia de dos metro con los demás. Este nuevo virus se transmite a través de las famosas gotículas, pequeñas gotas de saliva cargadas con el virus que pueden llegar a las personas que nos rodean cuando hablamos, tosemos o estornudamos. Ahora que se están flexibilizando las restricciones, es normal que surjan algunas dudas básicas. ¿Es seguro tener relaciones sexuales? ¿Y besarse?
Todos sabemos que el paso del tiempo lo cambia todo. Por desgracia, el deseo sexual no es la excepción. Después de varios meses juntos, a algunas parejas les cuesta tener la misma pasión y mente abierta que al principio. Sin embargo, algunos se sienten más que satisfechos a pesar de llevar años en pareja. ¿Cuál es su secreto? Esa misma pregunta se hicieron los investigadores de la Universidad Chapman en un estudio publicado en la revista Journal of Sex Research en el que analizaron el grado de satisfacción de más de 38.000 estadounidenses.
Ovulación, ácido fólico, enfermedades de transmisión sexual... ¿Cuántas mujeres están bien informadas en lo que a salud reproductiva se refiere? Según un estudio elaborado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y publicado en la revista Fertility and Sterility, parece que muy pocas. Según datos de la investigación, casi el 50 % de las mujeres estadounidenses en edad fértil nunca ha acudido a un profesional para hablar sobre su salud reproductiva y alrededor del 30 % va al médico menos de una vez al año.
Si se toman las precauciones adecuadas, el dolor de espalda no debería ser un impedimento para hacer el amor. A esa conclusión ha llegado un estudio en el que se utilizó tecnología de captura de movimiento (la que se usa en películas y videojuegos) con el objetivo de recabar más información sobre la presión que se ejerce sobre la columna vertebral masculina en ciertas posturas. Los médicos siempre han recomendado la postura de la cuchara a los hombres que padecen dolores lumbares.
Sexo y embarazo. Esta cuestión suele generar preocupación en las parejas que están esperando un hijo debido a cambios hormonales, vergüenza, problemas con la imagen corporal, alteraciones naturales en el deseo sexual y miedo a que la penetración pueda dañar al bebé. No se recomienda tener relaciones si la madre tiene algún trastorno que puede afectar negativamente al embarazo, pero si goza de buena salud, el sexo no supone ninguna amenaza para la madre ni para el bebé. De hecho, puede servir para fortalecer el vínculo en la pareja durante esta nueva fase.
El ejercicio es un remedio «natural» para los 3,5 millones de italianos que experimentan las dificultades de la eyaculación precoz.
Existe un vínculo entre el sexo y la menopausia. Una vida sexual activa, con relaciones sexuales una vez a la semana o incluso una vez al mes, está ligada a un comienzo tardío de la menopausia.
La actividad sexual tiene un impacto positivo en la salud mental, física y social así como en la calidad de vida de las personas.
Olvídese de los estereotipos. Incluso las personas mayores de 65 años están ocupadas bajo las sábanas. También declaran estar más bien satisfechos con su vida sexual.
La disminución del deseo sexual en las mujeres, a menudo crea vergüenza, remordimientos y problemas en las parejas. Sin embargo, la ciencia muestra que podría tratarse con más serenidad, siempre que seamos conscientes de que este cambio en el deseo sexual con la edad, es un fenómeno completamente natural y fisiológico.
Conocida en términos médicos como «disforia poscoital (DPC)», en términos más simples, es un sentimiento de inexplicable llanto, tristeza o irritabilidad que algunos hombres sienten después de una actividad sexual satisfactoria consensuada.